10.000 a.C.

Otra vez en la noche, una vez más veo alejarse
una hora ilimitada y sus piernas; 
resuena un cántaro quebrado,
la grieta en la pared agranda y silencian los edificios;
                                  entonces es cuando quisieras
que tras el éxtasis de alguna canción 
o de una nueva caída se agotase el mundo
que en esta arena hacerse feliz son combates.