De Último trabajo de Heracles






Fue una mala maniobra,
una mala maniobra
que terminó con las cúpulas
de todas las catedrales clavadas en mi pecho.
Fue la cruel maniobra
que desde las sombras me cantó letanías;
una maniobra, por la cual
                    ahora temo pensar en venganza.
Sí, te esclavizaré en mi rincón.
Y ahí, cisne dorado,
puños que engendrarán a otros
hasta que renuncies a tu belleza.



CIUDADES

¿No fueron entonces sus delicados pies suspendidos
casi rozando el agua y su cuello sin tocar
que alertó a la flora y la fauna
y que llegaras queriendo crucificarte en su pecho,
o acaso la hierba y las constelaciones rimaran
y cuando la viste fue que el mundo se hizo real?



Flor, bella flor, mírame otra vez. 
Flor de la mañana, perfumada y cómplice flor 
que habitas el día y que es tuyo el oro.
Pétalo de agua y gota de miel. Flor nocturna
y prisionera de tu encanto, que alborotas el campo
y al Olimpo; ¿qué oscuro paso me guió hacia ti flor, que ahora estás tú en mí y yo en nada?
     Flor incesante flor, mírame otra vez 
porque ya no eres una flor sino la torpeza culpable de mi mano que te empuña muerta.



Último trabajo de Heracles de Matías Amengual por Paul Guillén



En el número 3 de la revista Sol negro, preparé un dossier extenso sobre última poesía argentina al cual titulé: “18 poetas argentinos recientes (1967-1982)”, me gustaría citar la breve nota de introducción al dossier: “En la poesía argentina de los 90 hay una preponderancia del realismo sucio que luego se prolongará a una poesía de corte pop-lúdica, en este dossier –me refiero al dossier de la revista Sol negro– nos fijaremos antes que en tendencias aceptadas como canónicas, en tensiones del lenguaje, nos interesa la poesía que tenga una alta intensidad, una poesía que problematice su instrumental retórico y su enunciación, que denote un problema mayor en su teoría de representación y que inserte espirales o galaxias de significación antes que una linealidad de sentido, por ello en estas páginas, aunque importantes dentro de un panorama exhaustivo, no consideramos las poéticas de Alejandro Rubio, Sergio Raimondi, Martín Gambarotta, Verónica Viola Fisher, Fabián Casas o Washington Cucurto, preferimos optar por voces distintas a la franja ‘más reconocible’ de la poesía argentina de los 90 y 2000”. En ese sentido, en ese dossier se podía encontrar poetas con tendencias que abarcaban desde la poesía visual, pasando por el neobarroco, hasta una poesía experimental que incide entre las relaciones de la cultura, la ironía y los quiebres lingüísticos y semánticos. Último trabajo de Heracles de Matías Amengual, me permite continuar repensando lo que ocurre en la poesía latinoamericana actual. Los medios de comunicación, de difusión, erigen a los poetas en la actualidad. Lo que quiero decir, y especialmente en el caso argentino, es que no necesariamente los poetas o escritores que salen en los medios de comunicación son los mejores, he visto con saludable interés la apuesta de otros poetas de trabajar casi escondidos, como en un sistema interior. Esto me hace recordar en el caso peruano a José María Eguren y César Moro, y en el ámbito latinoamericano a Jorge Cuesta en México, José Antonio Ramos Sucre en Venezuela. Ahora, Último trabajo de Heracles tiene esa rara virtud de instalarse en la modernidad fijando los ojos al pasado y al presente, fundándose en esa propia tensión. El libro se me torna cercano, por algunas razones obvias, una de ellas es su preponderancia hacia ciertas poéticas que me son familiares; en el epílogo del poemario, se puede leer que está vinculado con Yeats, Pound, Kavafis y más atrás con los temas que desarrolla la elegía amatoria romana, en este nivel se menciona a Safo, Calímaco, Catulo, Tíbulo, Propercio y Ovidio. Vale asimismo detenerse también un poco en la figura de Heracles, para los romanos Hércules: fue un semidiós, hijo de Zeus y una mortal. La diosa Hera, esposa de Zeus, conociendo de la existencia de Heracles y de la infidelidad de Zeus, intentó matarlo mandando dos serpientes, luego en la adultez le provocó la locura y Heracles asesinó a sus propios hijos, por lo cual se le ordenó que realizará 10 trabajos que luego se convertirían en 12, en dos trabajos había recibido ayuda. Por ejemplo, el primer trabajo era matar al león de Nemea, y el décimo segundo ir en búsqueda de Cerbero, al Hades. El título del libro de Matías no se refiere a este último trabajo, sino a otro trabajo que, a grandes rasgos, es el trabajo de siempre, para hacer una analogía con “los trabajos y los días” de Hesiodo, es el trabajo eterno de preguntarse por lo justo y de su intento, con esa capacidad dantesca de transformar esa condición humana en una metáfora de la búsqueda del amor, en la que reside su valor poético.
Recordando los famosos versos de Keats: “La belleza es verdad y la verdad belleza”,  podría pensarse que la verdad y belleza son expresión de esa idea de justicia o de amor, pero hay en el libro una distinción conceptual entre La Belleza y lo bello o lo hermoso, entre lo trascendental y lo propio del goce sensorial: pero que en un primer momento, no hay distinción porque están, de manera casi platónica, fundido lo bello erótico con lo trascendental en el Deseo: en el primer poema del libro evidencia eso: “Voy a recordarte / y hacer el amor / y a ti y contigo / a todos tus ancestros” Pero esa instancia parece nunca resolverse en el libro, nunca terminar de discriminarse, hecho dentro del libro que es su espíritu de ironía, que claramente dialoga con Catulo y que a su vez es su carácter posmoderno a pesar de los elementos antiguos.
Para resumir y finalizar, los temas principales de los que trata Último trabajo de Heracles son el poder, la corrupción, el deseo y sus objetos, el poema “La comunidad imposible” trata sobre algunos de estos temas y uno de los que en sí mismo más contiene toda su temática:



“Que abdique la propiedad privada
y que abdique el poder:
mas será en vano
mientras no se pueda abolir la belleza,
porque humilla al hombre e inquieta el alma,
liba el orgullo indiferente a lo tierno
con guirnaldas en los senos y en los pies,
la nupcia fugada. Que abdique
porque no es más que el inicio de la desigualdad
y la discordia: hay combate, porque es gloria
y es urgencia.
Abdica, belleza, para que sea posible
la fraternidad, aunque pesada,
y aunque escriba en piedra y llanto
que lo hermoso es sagrado”.



¿No basta con la tímida brisa descendida,
con los imperceptibles encuentros, la menta
y un nuevo cometa apagándose?
¿No basta con todo ese otro imperio?
¿No es suficiente el retorno a casa
y la mañana abrasiva que despierta cada silencio
y que conmueve los cálices? 
                                       ¿Para qué robar a Helena?



Te he traído flores rojas y celestes
         de donde las fatiga el viento,
e intentado tenerte con una caricia
y sin querer las miradas jugaron puras;
he seguido en la tarde tu paso sencillo
                       y visto relucir tu frente;
me sentí tuyo y la certeza de tu cuerpo
que me espera, entonces la hiel derrotada;
                      luego tu boca extraviarse
en besos regalados y sin saberlo.
También presentí el tiempo
cuando tus párpados cerrados palpitan
y escuchado las calles en fiesta;
y luego al mundo, con su lengua de fuego
en tu oído y retenerte. ¿Quién es el mundo
                       para interrumpir lo sincero?







LA OTRA GLORIA

Anoche ha descendido Medea
              por los caminos solos
rompiendo el bullicio que la señala
y abriendo las esquinas.
Lleva el pelo enmarañado
va envuelta en llama y gloria ajena
presurosa hacia lo más intenso:
un firme decreto gobierna su corazón.
Conserva aún sangre en las manos
y firme daga; avanza, sorda
por los gritos tras su paso,
¿qué hay más fuerte que Medea?
                              Pronto, impoluta,
cruza la madrugada y mata su propia prole.
Ahora las ciudades ya no son las ciudades
y el mundo ya no es la Historia;
la tierra se estremece
y Medea asciende en alado carro
porque ante los dioses
todo crimen de amor es justo.



ALCIBÍADES



Podrían los propios atenienses seguir a la muerte
sólo porque tus labios 
                                  se asemejan a un fruto de mar
o porque tu rostro precioso es un lago en la ciudad;
venderse tu lealtad a Esparta, o al enemigo persa,
y una gleba ilustrada observarte ir tu camino
porque tu sola presencia que anuncia verano
                                               y tu cuerpo esbelto
pueden arrogarse cualquier asamblea
que se extravía en tu mirar
hasta ya no saber si eres un hombre o un dios.
Y se estrellarán nuestros corazones,
porque lo hermoso quiere permanecer indómito:
bello Alcibíades, que la belleza es tirana,
y no incurre en desmesura, 
                                    porque la belleza es exceso.



CIUDADES

Acaso vino todo caminando desde la nada
hasta su vientre blanco, ahí recostado
en el que se empeñaron los siglos
y reconocible tanto en esta madrugada 
                                   como en el Oriente.





Ẻκατόμβη

                                 Qnd´Amor già ti trasse le sue armi.
                                                                    Purg., XXXI.

Preñados mís ojos, al verla,
                                     encendidas las venas
aventadas las espuelas y preñados los ojos
que mañana podrían parir lágrimas.
                                 Preñados los ojos,
                          hasta arderse entre las rosas
y en el medio fecundar la Tierra.




LECTURE D’UNE LARME

Entonces, una vez más iluminada
como regalo que se desprende de su racimo
cuando todo se vierte y abre
para poder verdaderamente beber
y recordarnos que son en realidad fuertes
quienes se duelen y comprenden lo frágil
y que si un día la desoyéramos
terminaríamos por perdernos del todo.


NOTA: A partir de Nietzsche se impone la idea que todos los valores superiores están del lado del fuerte y todo lo reactivo, es decir lo caritativo y piadoso, del lado del débil, cuando contrariamente el fuerte es el valiente quien se atreve a asumir las contradicciones del mundo. Oscar Wilde, De Profundis: dónde hay dolor hay una tierra sagrada. Perder ésta región, ésta conciencia, sería perder al hombre mismo.

LA MEJOR ELEGÍA DEL MUNDO/ ODI ET AMO DE CATULO



Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris.
nescio, sed fieri sentio et excrusor.


Odio y amo. Cómo es posible, preguntarás.
No lo sé, pero lo siento así y es con dolor.



Si me detuviera, acaso
¿no avanzaría la zarza que envilece el jardín
que cubre la pradera y agota la convivencia?
¿O sería rancio el vino sin distinguir la cepa
y se desposaría a la grasa de los ídolos
                            y retornarían los bandos?
¿A nadie conmueve el frío entre las cosas?
¿Qué señorea el mundo? Los peces
se comen a los peces; Wall Street y China
a base de sangre y sobre crímenes.
Despojados, sin celo y ambrosía,
¿qué es todo esto
y estos hombres, si ya no procuran justicia?


NOTA: Miqueas, 3:10: Sión se está edificando sobre sangre, y Jerusalén en base a crímenes.

LOS INJUSTOS

¿Dónde están los nobles que tendrían 
que marchar a Nínive y New York,
fueron comprados también los encargados 
de que por una mosca
no se pudra el frasco de perfume? Los abusos socavan el sustento;
los abusos y la mentira frustran la sangre,
algo se hiere  y no se puede.
No se puede si la policía son los ladrones,
                     no se puede
si se desnutre a los niños,
                     no se puede
si se exprime la tierra para refugiarse en un palacio,
                     no se puede
si el destino se gesta y se juega entre lo turbio.
Por todo esto gemiré y lloraré, 
caminaré desnudo y descalzo
hasta que se aflija el Universo porque el hombre
                           hecho del hombre su negocio.


NOTA: Jonás, 1:1: Levántate y ve a Nínive, la cuidad grande. Miqueas, 1:6: Por todo esto gemiré y lloraré, caminaré desnudo y descalzo. Eclesiastés, 9:10: Una mosca muerta hecha a perder todo el frasco de perfume y los incapaces están en lo alto de la escala, y los que valen se quedan abajo.

GUERRA DE FIN DE SEMANA

Eso que asoma desde allá es otro día
trae publicidad nueva y apura encomiendas.
Yo un día compuse Into my arms de Nick Cave
también caminé solo enfrentado a estrellas desparramadas
para ver si de verdad existen cosas;
intenté estallar desde desiertos y procuré avenidas
                            y en el transcurso de una noche
concebí Titus Andronicus de Shakespeare 
pero nunca regresó. 



10.000 a.C.

Otra vez en la noche, una vez más veo alejarse
una hora ilimitada y sus piernas; 
resuena un cántaro quebrado,
la grieta en la pared agranda y silencian los edificios;
                                  entonces es cuando quisieras
que tras el éxtasis de alguna canción 
o de una nueva caída se agotase el mundo
que en esta arena hacerse feliz son combates.



Lejos pasó una estrella fugaz
y se lo llevó todo



En vano buscas entre el montón de astros
el que un día aconteció en sus ojos
y el arullo de su deseo que te nombraba,
¿y dónde están las cosas y los súbitos cansancios
que la depositaban en tu hombro? Las aguas
han replegado en su curso pero para anegarse 
                                                           en las fuentes.
¿Cómo es que se prendieron fuego los laureles
                            que ahora parecemos enemigos?



Entras en la madrugada y mis brazos 
                                                     que aún te ansían
quisieran cerrar la puerta para siempre
o al menos por esta noche. Tu pelo huele a vino
y la casa te esperaba impaciente; ¿de dónde vienes
y adónde marcharás tras dejarme en tu sombra.



ÚLTIMO TRABAJO DE HERACLES




Como si en el día en que todo se creó
olvidaran la crucial puntada,
esa fatalidad
que legó en desencuentro:
ahora forzaré el cimiento
hasta que arrime
el Oriente en el Occidente;
apiñaré las nubes y acarrearé el sol
voy a empujar roca a roca
morder tanto y tirar de los lazos
hasta que ate y una los extremos
y al fin con justicia
mi beso se pose en tu boca.